En el fondo del mar las piedras se redondean y adquieren formas suaves, pomposas, sinuosas. A mí las  piedras, como los objetos comunes, me hablan. Me dicen cosas, me cuentan historias, me sorprenden y e mis manos se transforman.

El mar es parte de mi vida, en él nací y en él me siento libre, feliz. Decidí compartir este amor con personas especiales, dispuestas a pensar en positivo. ¿Encontraste alguna?